Partido Revolucionario Institucional

“Democracia y Justicia Social”
“Queremos que la Revolución sea la República. Queremos un México más libre y más justo. Queremos, para todos los mexicanos, un México cada vez más grande”


ANTECEDENTES
Al terminar la segunda década del siglo, México se encontraba en una situación bastante precaria después de la prolongada lucha armada. En la esfera política, los distintos ejércitos estaban lidereados por caudillos que habían defendido distintos intereses y mantenían compromisos con las regiones, tropas y personajes que habían patrocinado sus operaciones militares. Los débiles hilos que sostenían el pacto nacional no eran capaces de promover las tareas de reconstrucción económica, la búsqueda de soluciones que permitieran una transición pacífica del poder y evitar el riesgo de inestabilidad en las nacientes instituciones de la República.

El partido nace de la Revolución Mexicana como producto de la lucha contra la dictadura y su injusto orden económico y social. Superada la etapa violenta y bajo la denominación de Partido Nacional Revolucionario, en 1929, sienta las bases de la unidad y la estabilidad política; como Partido de la Revolución Mexicana, en 1938, emprende el largo camino de las reivindicaciones sociales; con su nombre actual, a partir de 1946, continúa la edificación del nuevo régimen manteniendo el espíritu unificador y justiciero, propiciando el desarrollo económico de la Nación y encabezando las demandas de una sociedad crecientemente participativa y plural hacia el perfeccionamiento de las instituciones democráticas.

El sistema presidencial y el PRI no han sobrevivido 70 años porque hayan sometido a un México pasivo a décadas de gobierno autoritario, sino porque reflejan la fuerza y la debilidad, las virtudes y los defectos de los propios mexicanos: combinan un sentido ritualista de lo jerárquico con una enorme capacidad de negociación. Actualmente, el PRI está empeñado en un proceso inédito: el desarrollo de un proceso interno de selección de su candidato a la Presidencia. Compiten cuatro aspirantes (Manuel Bartlett, Francisco Labastida, Roberto Madrazo y Humberto Roque). El proceso incluye no sólo una campaña interna de tres meses (de agosto a octubre), sino el establecimiento de reglas específicas para la contienda (como topes a los gastos), mecanismos para la solución de controversias y un sistema que permitirá que sean no sólo los militantes de ese partido, sino la ciudadanía en general, la que a través del voto directo y secreto elija el 7 de noviembre a su candidato a la Presidencia.

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
El PRI es un partido político nacionalista, democrático y popular que lucha dentro del Estado de derecho por obtener y conservar el poder público con la finalidad de defender la soberanía, avanzar en la democracia e impulsar la justicia social en nuestro país, y de contribuir a la construcción de un mundo en el que imperen la paz, la cooperación y el respeto entre los pueblos.

Para los priístas la Revolución es origen y destino, concibiéndola como un gran movimiento social, político y cultural por la identidad nacional, la libertad y la justicia que constituye, a un tiempo, nuestro punto de partida y nuestro anhelo; ajena a dogmatismos y enemiga de la inmovilidad, presta a la renovación creativa y con visión hacia adelante.

VALORES
NACIONALISMO Y SOBERANÍA. Para los priístas, un mundo culturalmente diverso es más rico que uno culturalmente uniforme, y por ello luchamos por la preservación de nuestra identidad cultural y reconocemos el derecho de las demás naciones a hacer lo propio. Así entendemos el nacionalismo, cuya expresión afectiva es el amor a la patria y cuya dimensión política constituye el fundamento de la identidad de un pueblo.

El medio para lograr la permanencia de la cultura y la identidad de los mexicanos es la defensa de nuestra soberanía, entendida como el derecho inalienable y exclusivo del pueblo mexicano para dar rumbo al desarrollo de México. Para los priístas, una Nación soberana es aquella en la cual el Estado hace valer de manera eficaz su dirección y mando en lo interno y al mismo tiempo hace efectiva su política exterior, insertándose en el concierto de naciones sin condicionamientos de otros Estados en sus decisiones.

LIBERTAD Y DEMOCRACIA. La libertad es para los priístas un principio indeclinable. En el plano individual, la libertad se nutre de libertades que representan por sí mismas valores fundamentales. No aceptamos que bajo ningún concepto se conculque alguna de las expresiones de la libertad, y sostenemos que en su ejercicio a plenitud se encuentra el origen de la realización del hombre.

Para los priístas, la política democrática requiere de partidos y de instituciones republicanas para organizar a la sociedad y traducir sus demandas en actos de gobierno. La democracia establece que es el pueblo quien ha de elegir a sus gobernantes, dirigir el diseño de la política gubernamental y vigilar que los poderes de gobierno cumplan sus responsabilidades, respondan a la voluntad de la mayoría y respeten los derechos de las minorías.

JUSTICIA Y JUSTICIA SOCIAL. Para el PRI, justicia es garantizar a todo individuo seguridad y certeza legal. Cada persona ha de tener igual derecho a ejercer sus libertades fundamentales de tal manera que no se coarten las de los demás. Se considera que un país justo es aquél en el que existen los instrumentos legales y la acción pública para evitar que ningún agravio a cualquiera de sus ciudadanos quede impune. Un país en el que la ley, una ley justa, se aplique en forma expedita y sin distingos por un poder judicial autónomo, imparcial, honesto y eficiente. En la ley está nuestra fuerza; en su puntual aplicación y acatamiento está la defensa de los individuos frente a cualquier opresión y la condición invariable para el ejercicio del poder público.

La justicia social es, ante todo, igualdad de oportunidades y garantía de bienestar. Los priístas la entendemos como el acceso a la educación y al trabajo, como el derecho a alimentación, salud, vivienda, vestido, recreación y medio ambiente dignos. Pugnamos, en consecuencia, por un Estado Social de Derecho en el que todos los miembros de la sociedad tengan las mismas oportunidades de acceder a los mismos beneficios y en el que nadie carezca de las condiciones materiales básicas para vivir con dignidad.

COMPROMISO CON LA LEGALIDAD El PRI se obliga a conducir sus actividades por medios pacíficos y por la vía democrática. La legalidad es, a un tiempo, garantía de estabilidad e instrumento de transformación social y nacional. Asumimos el cambio como constante, pero afirmamos que los mexicanos nos hemos dado un orden jurídico capaz de adaptarse al dinamismo de la realidad. Aspiramos, además a que la legalidad sea siempre el sustento de la legitimidad.

Si deseas conocer más acerca de este partido, visita su página oficial:
http://www.pri.org.mx


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