Partido de la Revolución Democrática
ANTECEDENTES
El
Partido de la Revolución Democrática se constituyó de manera formal el 5 de
mayo de 1989. Su antecedente inmediato es el Frente Democrático Nacional,
el frente electoral creado para las elecciones del 6 de julio de 1988 –origen
y nacimiento del PRD-, y que postuló como candidato a la presidencia de la
República al Ing. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Esta fecha recuerda la gran
movilización social, civil y política que se desarrolló a escala nacional
en contra del fraude electoral orquestado por el gobierno de Miguel de la
Madrid (1982-1988), así como al impulso de un movimiento democrático, plural,
amplio, que fortaleció la lucha convergente por las transformaciones urgentes
de carácter económico, político, social y cultural en México.
Tres son las corrientes políticas fundamentales que logran conjuntarse en
el PRD:
1. La Corriente Democrática del PRI;
2. La Izquierda Socialista, representada por el Partido Mexicano Socialista
(PMS), creado en marzo de 1987, y que incorporó las experiencias del Partido
Mexicano de los Trabajadores (PMT) y del Partido Socialista Unificado de México
(PSUM), que a su vez, es fruto de la unidad en 1981 del Partido Comunista
Mexicano (PCM), la Coalición de Izquierda y el Movimiento de Acción Popular;
y,
3. La Izquierda Social, que englobaba lo mismo a organizaciones sociales como
la Coalición Obrera, Campesina, Estudiantil del Istmo (COCEI), la Central
Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), la Asamblea de Barrios
de la Ciudad de México, la Unión de Colonias Populares, la Unión Popular Revolucionaria
Emiliano Zapata, que a agrupamientos de activistas políticos con presencia
en el medio social como la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR),
la Organización Revolucionaria Punto Crítico (ORPC), la Organización de Izquierda
Revolucionaria - Línea de Masas (OIR-LM, particularmente en el D.F.) y el
Movimiento al Socialismo.
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
Reafirmamos el principio cardinal de que la soberanía nacional reside en el
pueblo y se instituye para su beneficio. Luchamos por la reconstrucción de
nuestra economía y para reconocer en el trabajo productivo la fuente de la
riqueza y el progreso social. Una economía en donde el interés público predomine
sobre el interés privado y en que la competencia y el mercado, regulados por
el Estado y las organizaciones de productores y trabajadores, generen y estimulen
la productividad y el uso eficiente de los recursos.
El Partido de la Revolución Democrática es una organización política creada
por la libre voluntad de los ciudadanos que respondieron al llamamiento al
pueblo de México del 21 de noviembre de 1988. A esta convocatoria y en este
esfuerzo se sumó un gran número de mexicanas y mexicanos que culminó, luego
de un amplio y plural proceso de consulta y discusión, el 5 de mayo de 1989
con la fundación del nuevo partido.
El cometido principal del PRD es abrir espacios a una sociedad libre, igualitaria
y equitativa, fundada en el trabajo, la dignidad y la prosperidad del pueblo
y el progreso de la nación. Propone ser un instrumento de la sociedad para
el planteamiento de sus problemas y la obtención de soluciones justas y adecuadas.
Tiene como meta el fomento y estímulo de la organización autónoma de la sociedad
civil, a partir de los intereses específicos de cada grupo o sector y de aquellos
otros que corresponden a la vertiente ciudadana. Nace con la finalidad manifiesta
de contribuir a la democratización de la vida política y de las instituciones
económicas, sociales y culturales en el país.
El PRD subraya la obligación del Estado de garantizar el derecho a la información
y el respeto irrestricto a la libertad de expresión en todos los órdenes.
El ejercicio de la comunicación debe ser un ejercicio de la sociedad y por
ello los medios colectivos deben reflejar y no negar o distorsionar las realidades
que vivimos y las perspectivas nacionales e internacionales del cambio democrático.
El PRD propone hacer efectivo el derecho constitucional al trabajo digno y
socialmente útil. Asimismo, funda la convivencia social en el restablecimiento
de la dignidad del trabajo y en su fusión creadora con el conocimiento científico
y el saber tecnológico. El objetivo de la lucha por una sociedad igualitaria
y justa en México es hacer que la fuerza y la estabilidad económica y política
de la nación reposen en el más alto bienestar de sus habitantes y en la eliminación
de la miseria y del privilegio. No puede ser fuerte y soberana una nación
donde un grupo reducido de propietarios tiene todo al lado de un pueblo que
enfrenta grandes y elementales carencias. Una sociedad democrática en donde
el trabajo constituye un alto valor social será por necesidad una sociedad
igualitaria con oportunidades y seguridad para todos.
El PRD se pronuncia en favor de una acción decidida y profunda en todos los
campos de la cultura, porque esté ligada al trabajo, a la familia y a la creatividad;
a todas las formas de concebir y transformar el mundo y que son propias de
los pueblos en su camino hacia mejores estadios de organización social. El
país requiere una política cultural que nos oriente hacia la investigación,
la recuperación, la revalorización y la puesta en práctica de todas las potencialidades
de la sociedad civil; procurarle medios para su expresión, espacios para su
desarrollo y recursos para la consecución de sus fines.
La seguridad nacional que preconiza nuestro Partido deriva del ejercicio efectivo
de la soberanía, del mantenimiento estricto del estado de derecho y de la
preservación de nuestro proyecto de nación, basado en la libertad y en la
democracia y sostenido en la justicia social y la igualdad. El desarrollo
de las capacidades creadoras de la población y de las fuerzas productivas
de la nación, la cohesión social acrecentada por la justa distribución de
los frutos del progreso y la expansión y profundización de la democracia,
son la base perdurable de la soberanía. Frente al exterior, la soberanía tiene
como fundamento la independencia económica y como expresión la posibilidad
real de ejercer la autonomía política. Su vigencia reclama, en consecuencia,
un esfuerzo cotidiano y acciones definidas y patrióticas.
El Partido de la Revolución Democrática hace suya la tradición internacional
del país. Sus capítulos y momentos decisivos por la dignidad nacional y en
defensa de la soberanía; en su resistencia a la agresión y a la intervención
foránea; por la descolonización del mundo y la recuperación, en beneficio
de la nación, de los recursos del país; por la igualdad en el trato y el imperio
del derecho en la convivencia entre los Estados; en su firme rechazo a las
dictaduras y la opresión; en su decidida solidaridad con las mejores causas
de la humanidad y con las luchas de los pueblos, más allá de nuestras fronteras,
por la igualdad social y su liberación, son todos fuente de amplio reconocimiento
y deben ser, entre nosotros, guía permanente en el cumplimiento de nuestras
obligaciones y responsabilidades. ü El Partido de la Revolución Democrática
propone a la nación una modernización radicalmente distinta a la neoconservadora
que no es, en rigor, sino subordinación creciente y sumisa a las modas y a
los núcleos dominantes en la escena contemporánea. La búsqueda de una alternativa
viable a la dependencia estructural representa la contribución de la política
exterior a la imprescindible transformación nacional que nos permitirá acceder
a las corrientes modernas en la esfera de la economía y la tecnología, en
el campo de las ideas y en todas las expresiones de la vida colectiva.
Si deseas conocer más acerca de este partido, visita su página oficial:
http://www.cen-prd.org.mx
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